jueves, 26 de septiembre de 2013

Papa, ¿qué estas haciendo?

Papá, ¿que estás haciendo?

No sé como decírtelo. Seguramente crees que lo haces por mi
bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me
regalaste la pelota cuando apenas empezaba a andar. Aun no iba a
la escuela cuando me apuntaste al equipo. Me gustaba entrenar
durante la semana, bromear con los compañeros y jugar el
domingo, como lo hacen los equipos grandes. Pero cuando vas a los
partidos… no se. Ya no es como antes. Ahora no me das una
palmada cuando termina, ni me invitas a tomar algo. Vas a la
tribuna pensando que todos son enemigos. Insultas a los árbitros, a
los entrenadores, a los jugadores, a otros padres… ¿Por qué has 
cambiado?.

Creo que sufres y no lo entiendo. Me repites que soy el mejor,
que los demás no valen nada al lado mio, que quien diga lo
contrario se equivoca, que solo vale ganar. Ese entrenador del que
dices que es un inepto, es mi amigo, el que me enseño a divertirme
jugando. El chico que el otro día salio en mi puesto… ¿Te
acuerdas? Si papi, aquel que estuviste toda la tarde criticando
porque “no sirve ni para llevarme el bolso”, como decís. Ese chico va a mi clase. Cuando lo vi. el lunes, me dio vergüenza. No quiero
decepcionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, y
no llegare a ser profesional y a ganar millones, como tú quieres.
Me agobias. Hasta he llegado a pensar en dejarlo. Pero, ¡me gusta tanto!.
Papa, por favor, no me obligues a decirte que no vengas mas a verme jugar…

Un niño al que le gusta el fútbol.

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